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domingo, 22 de enero de 2012


"Le recomiendo que no se dé un chapuzón en el Ganges a menos que quiera llenarse la boca de heces y paja, de pedazos empapados de cuerpo humano, de carroña de búfalo y de siete clases distintas de ácido industrial"
Aravind Adiga ( Tigre Blanco )


05 de Septiembre de 2010


04:30 AM, suena el despertador…. Queremos ver amanecer y el sol es lo que tiene, que madruga. Media hora después estamos en la calle. La sensación es muy extraña, es la primera vez que el calor no te da una bofetada nada más salir del hotel. Tampoco se oye ningún ruido, tan solo algún ataque de tos y algún llanto de niño. Las calles están llenas, pero la ciudad duerme.

Nos acercamos a la orilla del río, queremos contratar una barca que nos lleve por toda la orilla y poder ver la actividad de los ghats a orillas del Ganges. Al final del regateo,  500IR – 7.5€ por 2.5 horas y tres barqueros es un precio que nos parece razonable. El río está muy crecido y la corriente es muy fuerte, de ahí que necesitemos tres personas para realizar el recorrido.





Iniciamos el trayecto de noche, aún así podemos ver que los más madrugadores no esperan ni tan siquiera que asome el sol para iniciar sus rituales de aseo y oración. Son las 05:15 de la mañana.





El paseo resulta de lo más agradable, no hace nada de calor y se agradece. Sale el sol,  y como si de un despertador gigante se tratase, Varanasi comienza a cobrar vida. El sonido de las caracolas y de las campanas anuncian el nuevo día y la obligada cita de los rituales a orillas del río.




La concentración de cenizas en el agua anuncian que estamos cerca del mayor crematorio de Varanasi, aunque están muy presentes a lo largo de todo el recorrido.  





Las  piras funerarias del crematorio de Manikarnika  no dejan de echar humo, funciona las 24 horas del día y es aquí donde realizamos la primera parada, para entrar ya en ambiente.Tenemos la oportunidad de ver cómo el crematorio es el centro de una barriada que subsiste de las incineraciones, duermen y viven entre las maderas y los difuntos que esperan ser incinerados, imágenes que sobrecogen.




Iniciamos el camino de vuelta, ahora se hace mucho más duro ir contracorriente, la luz del amanecer es espectacular y nos permite retratar como el río se convierte en el centro de toda actividad.

Es tiempo para el aseo personal, para lavarse los dientes, para afeitarse y para cortarse el pelo, para fregar los cacharros, para lavar la ropa, para esparcir las cenizas de los difuntos, para discutir sobre lo divino y lo humano, para el recogimiento y la oración, para el juego y la diversión de los más pequeños, y para nosotros es tiempo de inmortalizar cada uno de estos momentos. Y como una imagen vale más que mil palabras, estos son algunos de los instantes que vivimos durante el recorrido.


































Tres horas más tarde finaliza nuestro recorrido. Ahora sí que podemos decir que es imposible que Varanasi deje indiferente a nadie. La verdad es que el esfuerzo de los barqueros ha sido mayúsculo, sobre todo a la vuelta. En una ocasión han tenido que remontar la corriente tirando de la barca con cuerdas desde la orilla porque era imposible avanzar. Después de despedirnos de nuestros navegantes con una propina más que merecida, nos vamos a desayunar al hotel.

El sol se ha levantado especialmente amenazador y mucho nos tememos que no nos va a dar ninguna tregua, así que decidimos descansar un poco en la habitación después de desayunar y recuperarnos un poco del tremendo madrugón.




10:30 ya estamos de nuevo en la calle. Rumbo a Sarnat, donde se encuentra el centro budista más importante de toda India y un conjunto de ruinas que nos han aconsejado visitar.






Contratamos un tuc – tuc. El conductor se llama Bully, tiene 60 años y demasiada experiencia con los turistas… Pactamos un precio por el tuc - tuc de  350 IR ( 5€ ) por todo el día. Un precio razonable que nos permitirá realizar todas las visitas que tenemos previstas y sin límite de tiempo. Bully ameniza el trayecto cantando, al principio nos hace gracia, aunque a la hora estamos ya un poquito cansados de nuestra gramola, del calor y de la maldita contaminación que hace que el viaje se convierta en un infierno.



Por fin llegamos a Sarnat, … ruina de visita, totalmente prescindible, pero había que intentarlo. El calor es insoportable así que decidímos volver cuanto antes. Antes de ir a comer,  Bully intenta negociar con nosotros una visita al barrio musulmán a ver los estupendos tejidos que confeccionan, esperando que cayera la comisión por algún lado.

Declinamos la oferta, tenemos hambre y queremos comer. Bully nos ofrece ir a un restaurante llamado “ El Parador”, .... por lo menos el nombre suena familiar. Ponemos rumbo al restaurante.


Carnicería de Nueva Delhi
Como describir semejante lugar, …  el parador ...de los horrores. Nada más llegar el camarero se despierta sobresaltado. Estaba durmiendo encima de una de las mesas del restaurante. Nos recibe con amabilidad, aunque  no le cabe una mancha más en su vestimenta. Tres gatos saltan y corretean por la estancia, así que Luis que es tremendamente alérgico a ellos se pone en guardia para evitar que se le acerquen. Nos entregan la carta del menú, … difícil desprenderse de ella, no por lo apetecible sino por la grasa que tenía. Un cruce de miradas bastó para dar las gracias y salir corriendo en busca de otro sitio, antes de que el soñoliento camarero tuviese tiempo de reaccionar.

Vendiendo pollos en las calles de Nueva Delhi
Nuestro amigo Bully, se siente un poco molesto,… quizás le hemos vuelto a fastidiar la comisión, pero cuando no hay amor a primera vista, no hay nada que hacer. Agradecemos la intención, nos nombra algún que otro sitio más aunque le pedimos que nos lleve de nuevo a la zona de Godwalia. Queremos comer en el Shree Café, sabemos que es una apuesta segura y sobre todo que nos va a sentar bien.

Un hora después y cumpliendo nuevamente nuestras expectativas en cuanto al precio y calidad de la comida,  volvemos de nuevo al punto de reunión donde hemos quedado con Bully. Hay cientos de tuc-tucs, parece casi imposible que podamos localizar a nuestro chofer, pero ellos están pendientes de ti y nos localizamos en 5 minutos. Es hora de visitar algunos templos y dar por finalizada la jornada en nuestra siguiente entrada.


Si quieres ver más fotos, visita nuestra web http://www.siuler.com/

1 comentario:

  1. Siento que no os gustase Sarnat. Imagino que casi toda la culpa la tuvo el calor.
    Cuando estuvimos nosotros hacía un tiempo primaveral y daba gusto ver los grupos de peregrinos de casi todas las nacionalidades del orbe budista agrupados en torno a sus monjes entonando mantras y oraciones.

    Los más "heavis" eran los nepaleses que, cumpliendo alguna promesa imagino, iban dando vueltas en torno a la estupa principal a base de echarse largos en el suelo, marcar el punto más alejados con sus manos, levantase y avanzar hasta ese punto y vuelta a revolcarse por el suelo.

    Luego, en el museo que estaba justo al lado, poder ver el símbolo de India, el pilar de Ashok también tuvo su cosilla.

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