>

jueves, 28 de junio de 2012



Conversar en India está considerado todo un arte y un entretenimiento que todos practican. Los indios disfrutan conversando, debatiendo y opinando de cualquier tema, sobre todo de política y religión, y cuando lo hacen, el tiempo parece que se detiene.   

Les agrada conocer la opinión de los visitantes extranjeros; La familia, las tradiciones populares, la diferencia entre su cultura y la nuestra son los temas que más curiosidad despiertan. Respecto a política y religión conviene no mostrarse muy contundente y adoptar una actitud moderada. Si no se conoce el tema, lo mejor es abstenerse antes de ofender a nadie.

Jaisalmer - Jodhpur

09 de Septiembre de 2010



Diez de la mañana, estamos sentados frente a una taza de  té masala que acompañamos con unas tostadas y un poco de fruta. Hay que cerrar nuestras mochilas y hacer el check out,  porque hoy emprendemos camino hacia Jodhpur. El dueño del hotel se marca un detalle y nos deja la habitación para que podamos ducharnos y descansar un rato antes de coger el tren que sale a las 16:00 horas. Estos pequeños detalles son los que más agradeces, así que recomendamos totalmente nuestra guest house en Jaisalmer: Desert Boys .



Hoy hemos decidido tomarnos un medio día de relax. En estos dos días hemos visitado lo más importante de Jaisalmer, con safari de camello incluido, así que pasear relajadamente de nuevo por la ciudad mientras aprovechamos para comprar  algún detalle que otro, es el único objetivo del día. Algo tan sencillo como comprar una camiseta, se convierte en todo un desafío, porque los comerciantes no tienen piedad con los turistas y son duros de manejar. Primer asalto, vencedores los comerciantes. Vamos a continuar paseando y volveremos al ataque.


Dedicamos nuestros últimos minutos para hacer unas cuantas fotos. La ciudad está en plena actividad y perderse por el mercado local es una experiencia de lo más colorida y todo un catálogo para el sentido del olfato. Disputamos el segundo asalto con el objetivo de llevarnos una camiseta; vencedores, los comerciantes nuevamente.

Una cervecita en la terraza del Saffron, donde corre una agradable brisa es la mejor forma de recuperarnos de la dura negociación y poner el broche final a nuestra visita.



Jaisalmer, la ciudad con un esplendoroso y dorado pasado por su estratégica posición. Una ciudad que resistió numerosos ataques por el afán recaudatorio y el carácter traicionero y combativo de sus gobernantes. Una ciudad que sufrió un claro declive tras la Independencia  y la partición del país, el auge del comercio marítimo en Mumbai , las escasez de agua y el cierre de las rutas comerciales a Pakistán. Un negro destino que cambió con la declaración de la guerra entre India y Pakistán, que  volvieron a situar en el mapa a Jaisalmer como referencia estratégica y que continúa hasta la actualidad.


Hoy en día, el turismo rivaliza con la base militar como pilar de la economía y hacen de Jaisalmer una ciudad muy vulnerable. Cuando la tensión en la frontera con Pakistán aumenta, la llegada de  visitantes y por lo tanto la entrada de dinero se resiente. Sin lugar a dudas, Jaisalmer es una parada que recomendamos a todos aquellos que visiten la zona noroeste de la India.

Es hora de volver hacia el hotel, darnos una rápida ducha y salir camino de la estación, no sin antes, disputar el tercer asalto para comprar la camiseta y esta vez el triunfo es nuestro. Saben que nos vamos hoy de la ciudad y nuestro tren sale en pocos minutos, así que o bajan el precio, o pierden definitivamente la oportunidad.

16:00 horas,  ya estamos en la estación de tren.  Confirmamos nuestros nombres en los listados de los vagones, todo en orden. Media hora después y con asombrosa puntualidad, nos ponemos en marcha. En el compartimento coincidimos con un matrimonio local y su hijo adolescente que inician sus vacaciones. Se notan que su estatus es más que acomodado, porque viajan con "full equipe"… móvil última generación, ipod, iphone... La mujer coge la posición horizontal en el minuto 2 y se queda dormida en el 3. Sus ronquidos amenizarán todo nuestro trayecto… qué suerte tenemos ¡. Yo estoy cada vez peor, estoy enfriada y no me encuentro bien, así que aprovecho el trayecto para intentar dormir y descansar. Esta vez Luis no duerme nada y entre sueño y sueño lo veo devorar su libro sin descanso.


22:30, seis horas después llegamos a nuestro destino: Jodhpur. Nuestros compañeros de compartimento junto con su extenso equipaje se bajan también. Todavía dudamos si iban de vacaciones como nos dijeron, o estaban de mudanza….



ENTORNO DE LA ESTACIÓN DE JODHPUR - 22:30 HORAS


Estamos en el andén y nos hemos quedado paralizados. Sin lugar a dudas una de las imágenes más sobrecogedoras de todo nuestro recorrido. Es de noche y cientos de personas viven y duermen en el suelo de la estación formando una extensa alfombra humana, por la que  es difícil dar un paso sin pisar a alguien. Niños y ancianos, lloros y lamentos, mocos y profundas toses es el mejor recibimiento que la ciudad de Jodhpur nos brinda y para nosotros son el despertar a una realidad que difícilmente podemos digerir.



Estamos un poco desorientados, porque entre tanto caos de gente, es imposible ver la salida. El resto de viajeros han sido engullidos por la marea humana y el laberinto de andenes. La escasez de luz no ayuda mucho. Un hombre se acerca a nosotros y nos indica con gestos el camino a seguir, pero mi intuición me dice que debemos coger el camino opuesto. Guardando el equilibrio como podemos por el peso de nuestras mochilas, nos dirigimos hacia un extremo de la estación saltando a todo el personal que está tumbado en el suelo. Nuestro espontáneo ayudante intenta seguir convenciéndonos de que vamos en dirección contraria y su insistente actitud empieza a no gustarnos, así que activamos el modo alerta para salir de allí lo antes posible.  No podemos asegurar sus intenciones, aunque sí imaginarlas, y afortunadamente no nos equivocamos. Por fin vemos a lo lejos un cartel que parece indicar la salida. Un gesto de pocos amigos por parte de Luís bastó para que nuestro acompañante desapareciera engullido por la multitud.




Si la primera impresión es la que queda, podemos aseguraros que los primeros minutos en Jodhpur fueron los más tensos de todo nuestro viaje y eso que a estas alturas pensábamos que ya nada podría sorprendernos. Estamos fuera del edificio y la situación no mejora. No se ve el suelo, solo gente que intenta poner punto y final a un agotador y caluroso día . Nuestras fuerzas empiezan a fallar. Los gritos de los taxistas que esperan en la entrada nos devuelven a la realidad. Volvemos a la India caótica, ruidosa pegajosa y contaminada. Han pasado 7 horas desde que abandonamos la ciudad de Jaisalmer y ya la echamos de menos. Uno de los taxistas insiste en que montemos en su taxi. Todo son elogios, buenas maneras y promesas de que nos hará un buen precio.  Estamos tan cansados y tenemos tantas ganas de salir de allí, que le seguimos como hipnotizados.


Por fin llegamos nuestro hotel, Devi Bhawan ( 31€ habitación doble con desayuno),  en el que reina el silencio y la oscuridad más absolutos. Ni una bombilla encendida... solo una vela ilumina la cara de pocos amigos de la persona que nos recibe dejandonos claro que hemos interrumpido su descanso. La habitación es muy amplia, la limpieza en la línea, aceptable. Lo mejor del día.... el baño en la piscina del hotel a la luz de la luna. Estos momentos son los que nos cargan de nuevo las pilas para continuar con nuestro viaje. Estamos tan cansados que decidimos no salir ya del hotel y cenar un poco de fruta y unas galletas que habíamos comprado antes de subir al tren.


Como de costumbre aprovecho para hacer balance del día. Seguro que Jodhpur tiene mucho que ofrecernos, pero la primera impresión ha sido un  poco decepcionante, sobre todo si la comparamos con Jaisalmer.  Una alfombra de miseria humana nos ha recibido en la estación. El intenso tráfico, la polución y el estridente ruido nos han acompañado durante el trayecto hasta nuestro tétrico hotel fantasma, donde las únicas luces que brillan, son la de la simpatía de su recepcionista, por su ausencia,  y la de la luna llena. Ese reflejo entrando por  la ventana de nuestra habitación, es la última imagen que recuerdo de este día.


Si quieres ver más fotos http://www.siuler.com  

0 comentarios:

Publicar un comentario