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miércoles, 15 de agosto de 2012




Mucho se habla de la llamada espiritualidad en India y cuatro son las leyes que la rigen;



La primera ley dice:


“La persona que llega es la persona correcta”. Nadie llega a nuestras vidas por casualidad,
todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, nos enriquecen y nos ayudan a  avanzar en cada situación.



La segunda ley dice:


Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido”. Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.





La tercera dice:


“En cualquier momento que comience, es el momento correcto”. Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cada etapa de nuestra vida comienza solo cuando estamos completamente preparados para ello.


 La cuarta dice:


“Cuando algo termina, termina”. Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es debido a  nuestra evolución, por lo tanto es mejor cerrar etapas, seguir adelante y avanzar enriquecidos con esas experiencias.



Y si la vida es tan sencilla, ¿ Por qué nuestro único objetivo es complicarla ?




JODHPUR – RANAKPUR - UDAIPUR

11 de septiembre de 2010






09:00 am, ya estamos vestidos, hemos desayunado y nuestras mochilas están ya cerradas. Solo nos queda pagar la factura del hotel. Nuestro taxi nos espera y una vez más tenemos que destacar la puntualidad en todos los servicios que a lo largo de nuestro viaje hemos ido contratando.


El chofer es muy jovencito y bastante simpático y además enseguida observamos que es muy prudente, cualidad nada extendida entre los conductores indios. El taxi está reluciente y lo más importante, lleva aire acondicionado, fundamental porque nos espera un largo trayecto hasta Udaipur, haciendo antes una parada en los templos de Ranakpur. El precio del alquiler del taxi empezó siendo desorbitado,   y finalmente lo cerramos por 3000 IR - 43€ que nos pareció un precio mucho más razonable si tenemos en cuenta la distancia, el tiempo y la posibilidad que tenemos de visitar Ranakpur.



El camino se hace un poco pesado. Las carreteras en India son muy impredecibles. Hay tramos que están en perfectas condiciones, pero de repente se cortan y pasas a un camino lleno de baches, cabras y vacas para luego seguir por una carretera sin asfaltar y volver de nuevo a una autopista. Aquí no hay GPS que valga, la pericia y la experiencia del conductor es la mejor de las tecnologías que uno puede usar para llegar a su destino.





Lo que más nos sorprende es ver siempre tanta gente andando por la orilla de las carreteras, muchos de ellos con banderas de colores. Según nos cuenta el conductor hoy celebran la fiesta de cumpleaños de Ganesh, pero es una imagen que no pararemos de ver en nuestros desplazamientos por todo el país y dudo mucho que todos vayan de cumpleaños.









13:00 horas, es mediodía y llegamos por fín a Ranakpur, la ciudad que alberga uno de los conjuntos de templos jainistas más grandes e importantes de toda India. Ubicada en un remoto y profundo valle, un bello entorno natural sorprende al viajero acostumbrado a las caóticas y polucionadas ciudades indias.


Visitamos en primer lugar el templo principal, Chaumukha Mandir o templo de las cuatro caras.






La entrada es gratis y solo hay que pagar por la cámara de fotos. No está permitido entrar con ningún artículo de cuero. Tampoco se permite entrar con comida, bebida ni tabaco. Es obligatorio descalzarse a la entrada y vestir con decoro y esto supone olvidarse de llevar pantalones cortos y camisetas sin mangas si se quiere acceder al templo. Tampoco pueden entrar las mujeres que tengan el período para preservar la pureza en los templos, y aquí cada una que decida…. Luis lleva pantalón corto así que tiene que alquilar unos largos en la entrada.







Construido en 1439, el templo de las cuatro caras, es una construcción realizada en mármol blanco que alberga 29 salas sostenidas por un gran ejército de columnas, 1444 exactamente, minuciosamente talladas con complicados relieves y todas ellas diferentes entre sí. Se respira una atmósfera de recogimiento, respeto y oración. Uno de los descendientes de la familia de cuidadores hace de improvisado guía.



Ya hemos comentado en anteriores entradas que lo más característico de esta religión es el respeto a cualquier forma de vida, por lo que son estrictamente vegetarianos y llevan la boca tapada para evitar inhalar cualquier insecto. También tienen la costumbre de barrer su camino antes de andar para no aplastar a ningún animalillo.





El jainismo predica la no violencia, por eso sus seguidores se dedican a la banca y a los negocios que consideran profesiones no violentas, … aunque esta afirmación a oídos de un occidental sería más que discutible. Los jainistas también tienen la costumbre de poner la mano al finalizar la visita, este es el único precepto común en todas las religiones indias.




Dentro de este conjunto se pueden visitar otros dos templos dedicados a Neminath y Parasnath y muy cerquita de estos dos, el Templo del Sol. Durante el camino nos encontramos  muchos grupos de escolares que están de visita cultural.



Uno de los colegios está haciéndose una foto de grupo y nos pide que posemos con ellos. Intercambiamos risas y fotos y nos despiden con un  “ thank you very much sirs “  que ensayan dos veces hasta que una tercera y definitiva por fín cumple las exigencias de sus maestros.

Las caritas de los niños cuando nos acercamos a  posar con ellos



Finalizamos nuestra visita rodeados de naturaleza e inmersos en una paz y tranquilidad que hace que disfrutemos muchísimo después de lo incómodo del coche y de las carreteras. El único inconveniente de Ranakpur, son las conexiones, pero es una visita más que recomendable siempre que el viajero pueda cuadrar su recorrido.



Ha llegado la hora de comer y nuestro conductor nos propone si no tenemos otra alternativa, el hotel Yamanara ( 700IR - 10 € comida para dos personas ). El enclave y su ubicación nada tienen que ver con lo que estamos acostumbrados.




Estar rodeado  de montañas y verdes paisajes, a orilla de un río de aguas cristalinas y con una impresionante piscina, son tres buenas razones que convencen a cualquiera para hacer un alto en el camino y quedarse aquí a descansar unos días. Por un momento nos olvidamos de que estamos en India; se respira aire puro, estamos rodeados de naturaleza, solo se oye el sonido del río …. Hasta que el picante de los espaguetis nos devuelve rápidamente a la realidad.



Es una pena que no podamos quedarnos más tiempo a disfrutar de este bello paraje, pero tenemos que continuar nuestro viaje porque todavía estamos a 90 km de Udaipur. El camino esta vez es un poco más cómodo. Hay bastantes tramos de autopista donde las vacas siguen siendo las dueñas absolutas de la calzada. Comienza a llover y también una lucha sin tregua de nuestro conductor contra el vaho de los cristales.




Y por fín, dos horas después llegamos a la que es considerada la ciudad más romántica de toda India, Udaipur, conocida como la Venecia de Oriente, por estar rodeada de las aguas del inmenso lago Pichola,  que en estos momentos muestra todo su esplendor gracias a las últimas lluvias monzónicas, unas de las más intensas desde el año 2006.


Lo primero que tenemos que hacer es ir en busca de un hotel para poder deshacernos lo antes posible de nuestras mochilas, que no sé si será por el cansancio pero cada día pesan más.
Por internet hemos mirado varias opciones, pero hay uno que se encuentra a orillas del lago y que nos ha llamado especialmente la atención, Jagat Niwas Palace,así que allá que vamos.




Está ubicado en las silenciosas y tranquilas callejuelas que van a parar al lago. Nos reciben con una amplia sonrisa y nos enseñan los diferentes tipos de habitaciones. Ventajas: el hotel es encantador, las habitaciones al lago aunque pequeñas tienen unas vistas inmejorables, no hay mucho movimiento y vemos muchas llaves colgadas, lo que significa que no tienen mucha ocupación. Inconveniente, hemos llegado ya a última hora y nuestra cara lleva un cartel colgado que dice que necesitamos una habitación ya!!.


El regateo es intenso, sobre todo porque Luís en estas ocasiones despliega todas sus dotes comerciales, hasta que de puro aburrimiento cerramos el precio (Jagat Niwas Palace, habitación doble vistas al lago, con desayuno incluido -2850 IR, 41€ ).

Udaipur es la ciudad perfecta para darte más de un lujo así que hemos decidido empezar con el hotel. Está muy bien cuidado, muy limpio, el trato ha sido excelente desde el minuto cero y además justo al lado hay un cibercafé que nos va a ir de lujo para preparar el resto del viaje. Nuestros objetivo en Udaipur además de visitar esta preciosa ciudad, es descansar y tomarnos unos días de relax, sin agobios, sin prisas y sin horarios, que nos sirvan para coger las fuerzas necesarias hasta el final de nuestro viaje. 


Soltamos las mochilas y no queremos perder ni un minuto más en empezar a descubrir esta romántica y tranquila ciudad, famosa también por su artesanía y por su afamada escuela de pinturas en miniatura.







Muy cerquita del hotel , como a unos 5 minutos andando, se encuentra el templo Jagdish. Hay muchísima gente. Tenemos q descalzarnos y nos lo pensamos hasta tres veces ….  , pero aún así decidimos entrar.




Desde lo alto de la escalinata puedes observar la bulliciosa plaza central. Aprovechamos para hacer unas cuantas fotos y decidimos continuar  nuestro camino a ninguna parte.





En dos minutos ya tenemos nuestro acompañante – guía que no para de darnos la paliza durante nuestro paseo, incluso nos organiza un tour turístico para mañana. No hay manera de despegarnos de él, se lo hemos repetido por activa y por pasiva, así que al final con la excusa de entrar en una tienda, lo despistamos.



Y ahora sí podemos empezar a disfrutar de la ciudad, de sus callejuelas, de su música, de sus bazares, .... y de su lluvia. Ya la echábamos de menos !!!.. Tenemos hambre y estamos agotados, así que decidimos volver para cenar en el hotel.
 


Subimos al restaurante y en la terraza degustamos una riquísima cena en una mesa con las mejores vistas. De vez en cuando hay que darse un homenaje y hoy es un buen día. Después de tanta comida vegetariana a la fuerza, nuestro menú no admite ninguna duda: pollo tandoree con el punto justo de picante y un delicioso helado de vainilla con nueces caramelizadas, total cena en el restaurante Jawa Niwas Palace, 860 IR – 12€ con cerveza incluida. Hoy hemos tirado la casa por la ventana para lo que viene siendo  un presupuesto medio en un restaurante de India, pero cenar un delicioso menú, con estas impresionantes vistas, en un ambiente tan acogedor, limpio y relajado y con un servicio exquisito, a estas alturas de viaje, no tiene precio.

Continúa lloviendo, y no se nos ocurre mejor plan que irnos a dormir, no sin antes escribir estas líneas, pero mi mirada se pierde en el palacio iluminado sobre el lago. Con estas vistas, es difícil concentrarse en un papel en blanco….

Si quieres ver más fotos visita nuestra web SIULER

¡Gracias por visitarnos!

5 comentarios:

  1. Como siempre, unas fotos increibles...
    Muy buena entrada, me hace recordar nuestro viaje, es India en su más pura esencia.
    Besicos,

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  2. Alucino con vuestras fotos chicos!!! La próxima vez que quedemos me teneis que contar el secreto!! jeje

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    Respuestas
    1. Hola Xipo, el secreto es:
      - una pizca de buen ojo
      - un pelín de técnica y buen equipo
      - una pizca de retoque
      - una pizca de suerte
      y sobre todo una actitud adecuada para obtener la mejor foto en cada momento.
      En la próxima cerveza te cuento el resto

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  3. Hola, chicos, muchas gracias por compartir el viaje con la gente y enhorabuena por las estupendas fotografias, son muy buenas.

    Un saludo

    Juanjo

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  4. Muchas gracias Juanjo por tu comentario y sobre todo por visitarnos. Estaremos encantados de que sigas con nosotros !!!. Saludos. Sabine y Luis

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