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miércoles, 7 de marzo de 2012



NUEVA DELHI - JAISALMER

06 de septiembre de 2010


La única forma de llegar a Jaisalmer en estos momentos es en tren, porque aunque cuenta con un aeropuerto, los vuelos están cancelados. Las relaciones con sus vecinos pakistanís no se encuentran en el mejor momento, la situación es tensa y delicada, así que no nos queda otro remedio que encerrarnos durante 18 horas en el tren...
no tenemos ninguna duda que va a ser toda una experiencia!



17:31, nos ponemos en marcha. Habíamos leído en muchos foros que los retrasos son insufribles en los trayectos de tren pero la verdad es que nosotros no tuvimos ningún problema en este aspecto, y la puntualidad fue la tónica general en todos y cada uno de nuestros trayectos.

Una vez localizado nuestro vagón y nuestros nombres en los listados, y una vez superada la prueba de acceso al tren con avalancha humana y salto de obstáculos incluidos,  es hora de acomodarse y recuperar energías.





Viajamos en 2ª clase, los compartimentos se separan del pasillo con cortinas. De la limpieza del habitáculo tan solo decir que el mobiliario, las cortinas  y los cristales no han vuelto a ver el agua desde su inauguración, así que olvidaros de disfrutar de un agradable viaje que incluya unas bucólicas vistas del paisaje porque no se ve nada de nada. En cada litera encontramos un juego de sábanas, almohada y manta. Las sábanas parecen estar limpias, de las almohadas mejor no comentamos nada. Siempre llevamos una funda de tela que rellenamos con nuestra ropa y así podemos improvisar una almohada siempre que nos hace falta. Es recomendable llevar ropa de abrigo a mano, porque parece que el aire acondicionado solo funcione por la noche. Descartamos las mantas, nos taparemos con nuestras propias toallas.


Hemos sido previsores y esta mañana hemos organizado nuestro equipaje, metiendo todo lo necesario en la mochila pequeña.  Los vagones no son muy espaciosos y es un poco incómodo tener que estar manipulando las mochilas grandes.



Ser turista en un tren indio es como ser un maniquí en un gran escaparate, es imposible pasar desapercibido. En nuestro  compartimento viajan dos comerciantes, que no tardan ni 3 minutos en saciar su curiosidad, de donde somos, donde vamos, que hemos visitado, que impresión nos ha dado India.... uff, dificil respuesta.




El Sr. Doraisamy, nos cuenta que por su trabajo, ha visitado España, Barcelona concretamente. Nos confiesa que mañana mismo se iría a vivir allí, con los ojos cerrados. No podemos estar más de acuerdo. Como en casa no se está en ningún sitio.
Su acompañante, el sr. Vijayalakshmi no para de atender llamadas de teléfono y tiene una costumbre que a mí particularmente me desquicia un poco y es que no habla, grita ... En la litera del pasillo que está frente a nuestro compartimento, viaja un personaje un tanto peculiar en el que reparamos enseguida. Es musulman, y muestra una actitud un tanto repetitiva; en media hora ha entrado y salido del vagón unas 20 veces sin exagerar. 


Casi sin darnos cuenta, transcurren las tres primeras horas, que aprovecho para escribir este diario. Un sutil aroma a especias invade el vagón, llegando a ser provocador cuando llega la hora de cenar. Las manos se llenan de arroz, daal, curri y picante. Ha llegado la hora de reponer fuerzas.






Llevamos ya 5 horas de trayecto y parece que el día toca a su fin. Es hora de dormir no sin antes atar las sirgas de nuestras mochilas a las barras de las literas. Debajo de cada litera hay también unos enganches para que los viajeros puedan asegurar su equipaje. Es conveniente no saltarse este paso. Luis dormirá en la litera de arriba y yo en la de abajo.
Visita al servicio de tres segundos y porque no pudo ser en uno. He programado mi cerebro para que mi cuerpo no me pida pasar otra vez por esto.




Comienza lo que para mí será …una noche interminable.    
Los ronquidos de nuestros  compañeros de compartimento son todo menos música celestial. Menos mal que llevo mi ipod ( altamente recomendable ) que me ayuda a aislarme, aunque para ello tenga que poner el volumen un poco alto.
Las literas son un tanto incómodas y bastante cortas, sobre todo para personas como Luis, que sobrepasan la altura estándar india.  
Nuestro amigo musulmán,  sigue con el mismo tic nervioso que le hace entrar y salir del vagón cada 3 minutos. Cada vez que pasa,  las cortinas de nuestro compartimento se abren y  le da a Luis en los pies. La escena es un tanto cómica, aunque probablemente a estas alturas, mi vecino de arriba deba estar echando ya humo por las orejas.



Los trenes no entienden de horarios. Da lo mismo que sean las 6 de la tarde que las 3 de la mañana. En cada parada, infinidad de vendedores suben al vagón a voz en grito: chai, plátanos, cacahuetes, samosas,  biryanis, …. No gracias !!, solo quiero dormir, si aquí la coral de ronquidos tiene un detalle y se callan. Subo un poco más el volumen.

Parece que cambian de tono y se calman un poco…. Ya me he escuchado tres discos enteros y sigo viendo el techo. Mejor cambio de postura…. Qué es esa sombra que hay en las zapatillas de Luis?.... serán imaginaciones… cierra los ojos ya de una vez,…. No puedo quedarme con la duda, veo la sombra de nuevo y busco mi linterna.



Ratones!!!!. Éramos pocos y hay toda una lista de pasajeros que no han pagado billete. Y donde hay ratones, hay ratas… y encima no puedes hacerles nada… que en algunos lugares son sagrados y está mal visto. Me estoy empezando a poner nerviosa.
Intento espantarlos sin éxito, pero allí siguen, campando a sus anchas, correteando por las zapatillas y las maletas de todo el mundo….
Ummm, relajación, piensa en otra cosa…. Y pienso que llevo comida en la mochila pequeña que tengo debajo de la cabeza… y pienso que seguro que los ratones están buscando algo para cenar… ya no estoy nerviosa, acabo de  activar el modo paranoico.

Cada 15 segundos enciendo la linterna, parece que estoy enviando un mensaje en código morse a un amigo imaginario… pues no, lo que estoy intentando es mantener a raya a esos malditos roedores. Como a alguno se le ocurra intentar subir …. Lo mando a la siguiente vida sin contemplación!. Luis duerme a pierna suelta y los otros dos siguen intentando demostrar, quien es capaz de roncar más...

Son  las 04:30 de la madrugada, y hasta los ratones duermen ya… Todos menos yo!. Por fin parece que el cansancio me vence.
Media hora después, un estruendo hace que me levante sobresaltada. Pero qué pasa???. Nuestras mochilas acaban de caerse al suelo. No me extraña!,  con tanto traqueteo…. Parece que en vez de ir por vías estemos subiendo escaleras….  Cinco de la mañana, comienza la lucha,… vencedoras indiscutibles, las mochilas.  No puedo con ellas, además una de ellas ha caído hacia el pasillo y lo está colapsando, y hay alguien que se empieza a poner nervioso, … ¿Quién? mi amigo el musulmán, que quiere salir…. Pero es que este hombre no duerme nunca???
No me queda otro remedio que despertar a Luis…. si puedo …. He conseguido que se despertaran todos los pasajeros del vagón y ninguno se llama Luis.
Por fin abre un ojo, ya hay fila para salir del vagón y me imagino que para entrar, pero como no podemos abrir la puerta… que estrés!!!.

Mochilas recolocadas, miro el reloj, son las 05:30.
Minutos después nuestros compañeros de compartimento se apean en la estación de Jodphur. Los ronquidos dejan paso al ruido de maletas y es momento de despedirse. Un placer conocerles!,  pero que si no les importa voy a ver si consigo dormir, que a este paso en 18 horas no me va a dar tiempo.
Las sábanas que acaban de dejar todavía están calientes, así que mi amigo musulmán aprovecha para cambiarse de litera nuevamente, creo que es la cuarta cama que prueba. No me importa, quizás así se quede de una vez por todas quieto.


Cierro los ojos, estoy agotada. Son las 06.00 y el tren vuelve a parar. Esta vez se oye mucho ruido de gente que sube. No paran de abrir las cortinas de cada compartimento, para intentar acoplarse en cualquier hueco. No me extraña, si de algo estamos seguros a estas alturas es que se venden más billetes que asientos, una vez dentro es cuestión de jugar al tetris. Menos mal que a los turistas nos respetan un poco… o eso creía yo…
Uno de los recién llegados, me saluda efusivamente: "good morning" y acto seguido hace el gesto de intentar acoplarse en mi litera. Lo que me faltaba!
Le contesto con un efusivo "Good morning" y "goodbye" y le pongo cara de “ levanta el culo ahora mismo de mi cama si no quieres que arme un escándalo“. Me entendió a la primera. Luis sigue ajeno a todo, debe ir por el séptimo sueño. Mi amigo musulmán ya no se ha movido de la litera de enfrente, pero no duerme. Está con los ojos como platos mirándome fijamente como si estuviera abducido…. Entiendo que el turista despierta expectación.... pero es que a este solo le faltan las palomitas....Y en este escenario yo pretendo encima dormir… si es imposible!.


Me tapo la cara con la toalla y por fin logro cerrar los ojos hasta las 08:00 de la mañana. La gente ya está levantada y el tren ha recobrado más vida todavía. Mi amigo ya no está,…  estará probando otra litera?




Empezamos a notar que el ambiente empieza a cargarse y no hacemos más que respirar polvo, a pesar de que las ventanillas están cerradas porque tenemos aire acondicionado. Eso quiere decir que estamos adentrándonos en el desierto. Cada vez la nube de arena se vuelve más densa…. No quiero ni imaginarme como lo estarán pasando los pasajeros de clases inferiores, que tienen que viajar hacinados y con las ventanillas abiertas para poder respirar algo de aire aunque éste sea una mezcla de arena y fuego.




Son las 11:30, el tren llega a su destino. Bajar los tres peldaños del vagón se convierte en todo un reto. Nos duele todo el cuerpo, yo no he dormido nada y una bofetada de calor intenso nos recibe en el andén. Mi cerebro acaba de desprogramarse….
Bienvenidos a Jaisalmer!


Si quieres ver más fotos, visita nuestra web http://www.siuler.com/

3 comentarios:

  1. ¡Roñicas!
    No se os está mal. Si os hubieseis estirado un poco por apenas nada hubierais viajado en primera con un departamento con 4 literas que se cierra y no te molesta nadies.
    Además, casi siempre los que viajan aquí somos turistas, o indios ricos con lo que la sensación de circo ambulante no existe.

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  2. Si hubiera habido billetes, ¿donde te crees que hubieramos viajado?. No fue una cuestión de dinero si no que no tuvimos más remedio. Estaban todos pillados y en nuestro caso no precisamente por turistas. Aún así, no creo que hagan una prueba de ronquidos antes de adjudicar los vagones de primera. Igual hasta hubiéramos dormido menos. A no ser que pagues un compartimento entero para tí, y sinceramente, no nos consideramos tan VIP como para eso. Una experiencia más de la que no nos arrepentimos lo más mínimo, pq de lo contrario hubiera sido un
    a hoja vacía en nuestro diario y ahora no estaríamos hablando de ello;D

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  3. Si fue por necesidad no tengo nada que añadir pero yo tengo muy claro que en un recorrido de esa magnitud, por muchas experiencias que me aseguren que voy a vivir si viajo en tercera, trataría por todos los medios de pillar lo mejor que hubiese.
    Luego en un trayecto de día y no muchas horas pues igual sí me animaba a viajar entre las clases populares, seguro que daría para llenar no sólo una hoja del diario sino un tomo de enciclopedia.

    Yo compré 2 recorridos en tren (antes, en la parte organizada, ya habíamos tomado el tren otras 4 veces) uno de Delhi a Udaipur en una litera como la que describís y otro de Jaisalmer a Delhi en la de la clase superior.
    La diferencia de precio es pequeña; la sencilla sale a 0.023€/Km y la buena a 0.031€/Km
    Es decir, en un viaje de 1000 km se pagan 8€ más. En muchos foros se comenta que no merece la pena, yo discrepo.

    Ya aprovecho para felicitaros a los 2 tanto por la parte de prosa como por las imágenes con las que nos estáis deleitando.

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